domingo, 29 de junio de 2008

¿Por qué es importante la educación médica continuada?

Hoy, la formación de los profesionales no puede entenderse como un proceso estancado, con fecha de caducidad, que se limita a transmitir una serie de conocimientos a los futuros profesionales. Por el contrario, para afrontar los retos de su trabajo, la renovación fluida de conocimientos y los cambios frecuentes del entorno social, el personal de salud necesita prepararse constantemente. Entendemos el aprendizaje como un proceso sin soluciones de continuidad que no cesa jamás; es decir, el aprendizaje es permanente durante todo el ciclo vital del ser humano. Desde esta perspectiva, la formación integral y para la vida, es decir la educación formal, le corresponde a las instituciones sociales (básica primaria, media vocacional y educación superior), y la responsabilidad de educación permanente en el mundo del trabajo a las organizaciones; estas organizaciones deben estar alerta y en sintonía con los nuevos desarrollos técnicos y tecnológicos y con las transformaciones legales, para mantener su capital humano actualizado en forma permanente. La educación continua exige actuar con un enfoque sectorial; según este punto de vista, la educación forma parte de las acciones integradas para resolver los problemas sociales y se convierte en “educación permanente”, o “educación para toda la vida”.

En consecuencia, para que la educación continua cumpla con su papel protagónico en el proceso de formación permanente del ser humano, debe planificarse con todo rigor. La intención de la planificación es hacer la educación continua más competitiva y eficiente, pues los avances de la educación han demostrado la necesidad de implementar estrategias de desarrollo en el ámbito de la planificación, el diseño, los medios y la evaluación. La educación continua, vista como sistema, exige la integración de las variables de tal manera que se obtenga una educación formal de calidad y que asegure la educación y la autoformación permanente; además, debe contribuir a generar espacios abiertos de preparación y de formación para el trabajo y para la acción; también, debe permitir que las personas puedan seguir aprendiendo a lo largo de toda su vida, mientras alternan las actividades normales con el regreso al sistema educativo. Por otra parte, la educación continua exige una vinculación directa con los contextos (políticos, sociales, culturales, laborales.) en los que actúan los individuos a quienes ella se dirige; en nuestro país, estos contextos son inestables y tienen mayor variabilidad, y por ello exigen una atención mayor a los procesos educativos y a los cambios del entorno. Por lo tanto, la educación debe pensarse en términos de totalidad: actúa según un enfoque sistémico; trabaja en forma cooperativa con la educación formal; está abierta a los nuevos fenómenos culturales y tecnológicos; y busca la vinculación de la educación con el desarrollo personal y comunitario en todas sus formas.

La educación, como servicio social, debe responder a los postulados de eficiencia, universalidad y solidaridad; sin embargo, en las regiones aisladas geográficamente y escasamente pobladas, la eficiencia es una meta imposible de alcanzar, la universalidad es un empeño muy difícil de lograr y la solidaridad un deseo prácticamente imposible de provocar, pues los costos y el esfuerzo que requiere un programa de educación en estos sitios no se pueden financiar con los recursos ordinarios, y por ello es necesario convocar el apoyo de organismos gubernamentales.

Finalmente, la educación continua para el recurso humano ubicado en estos sitios geográficos debe realizarse en forma asincrónica en tiempo y espacio (a distancia y utilizando las nuevas herramientas de la informática y las telecomunicaciones) para evitar el desplazamiento frecuente del personal a las ciudades y abordarlo desde sus sitios de trabajo evitando disminuir las actividades de atención en salud a la población.